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Carlos Ramos Muñoz, entrenador de lucha en el distrito de San Blas, ha dejado una huella imborrable. Durante más de cincuenta años, dedicó su tiempo y esfuerzo a entrenar a jóvenes y adultos, inculcando valores de disciplina, perseverancia y respeto.
Para comprender el impacto de Carlos en el deporte y en el desarrollo de la infancia y juventud del Distrito, es esencial contextualizar su práctica deportiva dentro de las distintas etapas que atravesó el barrio, a modo de línea del tiempo.
A mediados de la década de 1960, con la construcción del Polideportivo de San Blas, se plantó la semilla de lo que hoy conocemos como el Club de Lucha de San Blas. Desde sus comienzos, el Club, el Distrito y la actividad del polideportivo estuvieron estrechamente ligados, lo que convirtió al club en uno de los pioneros de la lucha en Madrid y su Club más laureado.
Carlos Ramos, con su Club de Lucha decidió abrir una ventana de oportunidades para los más jóvenes, brindándoles la posibilidad de participar en una actividad centrada en la disciplina deportiva, los hábitos saludables, el compromiso y el compañerismo.
Fijó como uno de sus objetivos que los jóvenes de Simancas, Canillejas y del Gran San Blas compartieran espacio y horas de entrenamiento, fomentando en ellos vínculos, cercanía, amistad y sentido de pertenencia.
En las décadas de los 70 y 80, el club se esforzó por consolidar su actividad y convertirse en un referente en la lucha a nivel nacional, ganando prestigio tanto en la Federación Madrileña como en la Federación Española de Lucha.
El impacto de su trabajo es especialmente notable entre la juventud del barrio. Muchos jóvenes han encontrado en el Pabellón deportivo un espacio seguro y constructivo gracias a la guía de Carlos Ramos.
Su dedicación proporcionó a estos jóvenes una alternativa positiva, alejándolos de posibles influencias negativas y fomentando un ambiente de crecimiento personal y deportivo.
Gracias a su visión y liderazgo, el club se ha convertido en un pilar del deporte en nuestro distrito, promoviendo la lucha olímpica y creando un legado que perdurará en el tiempo.
La labor de Carlos Ramos fue más allá del ámbito deportivo; su trabajo ha tenido un impacto social significativo. Ha utilizado la lucha como una herramienta para ayudar a los jóvenes a enfrentar problemáticas como las adicciones, ofreciendo una alternativa saludable y constructiva. Además, ha acercado la lucha a los colegios del distrito, integrando esta disciplina en el entorno educativo y promoviendo valores de trabajo en equipo, autodisciplina y superación personal.
Gracias a su labor, muchos de sus alumnos han alcanzado logros significativos, no solo en el ámbito deportivo, sino también en su vida personal y profesional.
Por estos motivos, proponemos que el pabellón deportivo circular de San Blas lleve el nombre de Carlos Ramos, en reconocimiento a su invaluable contribución y dedicación. Creemos firmemente que este homenaje es una manera adecuada de perpetuar su legado y de agradecerle por todo lo que ha hecho por su barrio, por todos. Gracias por todo lo que realizaste, Carlos.
Cabe destacar que quien escribe estas líneas fue alumno de este Gran Maestro del Deporte, pero sobre todo de la vida, que fue y seguirá siendo CARLOS RAMOS MUÑOZ.
Atentamente
Fdo.: Ángel Luis GIMÉNEZ BRAVO
Presidente FML